Recién te conocí
Y… ya jamás te olvidaré,
Sólo te aprecié…
Y vi tu alma con gran
vitalidad.
Tu alegría de vivir
Inunda toda la extensión
El arrojo de tu ser
Riega de energía a la
humanidad
Muy dentro de ti
Un velo cierne la esperanza
Impugnas a la vida
Y doblegas su impasibilidad
Alientas a la historia
En la lucha por el mañana,
Admiro tu proeza
¡Mujer, toda tenacidad!
(En
homenaje a la luchadora social del Estado Miranda, Ángela Suárez)
.
Judith Hernández, enero de 1992

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